La batalla de Ocotlán, la primera coalición conservadora

8 de marzo de 1856

Gerardo Díaz

El liberalismo del gobierno emanado del Plan de Ayutla no gustó a los grupos conservadores, quienes vieron minados sus fueros tradicionales y decidieron luchar para evitar estos cambios levantándose en armas en Puebla y tomando su capital. Así, el ejército del gobierno al mando del presidente Ignacio Comonfort, con 12,000 hombres y 40 piezas de artillería aproximadamente, se enfrentó a los pronunciados conservadores al mando del general Antonio Haro Tamariz, que contó con cerca de 3,500 hombres y 12 piezas de artillería.

 

El desprecio contra el general Antonio Santa Anna fue capitalizado por la Revolución de Ayutla que finalmente logró la renuncia delpresidente en agosto de 1855. No obstante, es falso suponer que todo México se adhirió a este plan y que proclamaron inmediatamente a Álvarez y Comonfort como los salvadores de la patria. Gobernadores como Antonio Haro Tamariz en San Luis Potosí tenían agenda propia, al igual que varios militares que no aceptaron ponerse a las órdenes del nuevo régimen.

Las leyes expedidas por los liberales extremistas o “puros” rápidamente hicieron eco y los allegados a la Iglesia sintieron un ataque directo contra esta, sobre todo en Puebla, donde el cura Francisco Javier Miranda fue arrestado acusado de diseminar falsas noticias, un hecho inverosímil para los más conservadores. La tensión en dicho estado fue tal entre los creyentes, que llegaron a tomar por verdadero el arresto del obispo Antonio Labastida.

En esas condiciones, y a pesar de los comunicados del obispo que refutaban cualquier agravio y llamaban al buen orden, el 12 de diciembre de 1855 el cura de Zacapoaxtla Francisco Ortega y García se levantó en armas. Este hecho fue aprovechado por Antonio Haro Tamariz, quien se pronunció en contra del gobierno, secundado por militares santanistas y otros jóvenes y prometedores, como Luis G. Osollo y Miguel Miramón.

Para el 23 de enero de 1856, los rebeldes tomaron Puebla y el propio presidente Comonfort encabezó un ejército para “reducirlos al orden por la fuerza”. Así fue. El 8 de marzo, con alrededor de 12,000 hombres, Comonfort había dominado la región y se propuso atacar la ciudad. A las ocho de la mañana los conservadores intentan sorprenderlo en las lomas de Ocotlán.

Un temerario ataque por el centro por parte del coronel Osollo rompió la línea de Comonfort. Sin embargo, no fue fructífero este logro, pues las fuerzas conservadoras de Miramón fueron contenidas en el flanco derecho junto a la caballería del coronel Olloqui, quien intentó envolver a los liberales por su flanco izquierdo.

Tras aproximadamente dos horas de combate, se pactó un cese al fuego para atender a los heridos y que Haro aceptara la rendición. El tiempo fue aprovechado por los conservadores para volver a Puebla. Sobrepasados por los recursos que Comonfort utilizó para combatirlos, optaron por escapar en los siguientes días hacia diferentes direcciones de la sierra.

El presidente Comonfort afrontó de manera enérgica la primera rebelión en su contra. Meses después estallaría otra que no pudo contener porque él mismo se unió a ella.

 

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