Chess Records: en el corazón del blues

Marco A. Villa

McKinley Morganfield, de 66 años, demostró aquel 2 de noviembre de 1979 que los desgarrados y apasionados acordes que él y sus talentosos acompañantes hacían sonar a tope, seguían electrificando a sus seguidores con la misma intensidad que cuatro décadas antes, cuando decidió cambiar la guitarra acústica por la eléctrica y echar los primeros cimientos que décadas después lo convertirían en el padre del Chicago Blues. Pero esa noche, bajo las luces del flamante Auditorio Nacional, McKinley envolvió con su pasión y destreza al público que abarrotó el inmueble, en el marco del Segundo Festival de Blues en México.

 

Para ese entonces, la trayectoria de mejor conocido como Muddy Waters (Aguas Turbias, un apodo atribuido a su abuela) llevaba ya mucho tiempo en la cima de la música grabada, en buena medida gracias a su recíproca relación con los hermanos Leonard y Phil Chess, inmigrantes nacidos en Motal, Polonia (hoy Bielorrusia) que llegaron a EUA hacia 1928, empujados por el anhelo de una mejor vida en tierras americanas. Asentados en los suburbios de Chicago, poco a poco encontraron su vocación dentro de la industria de la música afroamericana, y los ritmos que irrumpían con gran fuerza en esos años, principalmente en el este y en el sur, fueron el objeto de sus anhelos.

Hacia 1947, Phil y Leonard, quien trabajaba en su club Macomba Lounge ubicado en el 3905 de la emblemática South Cottage Grove, se involucraron en el novel sello Aristocrat Records, adentrándose cada vez más en la producción musical de la mano de los talentosos artistas de la casa. En el verano de 1950, ya plenamente asentados en el negocio, cambiaron su nombre a Chess Records. Nacía así, en el 2120 de la avenida South Michigan, el que hasta hoy es considerado el sello discográfico más importante de blues en la historia de la música. Pese a su poca experiencia, pero siempre sopesada por su gran visión del negocio, Leonard tomó la batuta de la empresa.

Tanto el éxito como la revolución musical fueron inmediatos; además, el blues ya no volvió a ser igual: las notas lentas y pasionales del Delta blues que se llenó de historias emanadas principalmente de los campos algodoneros del sur de EUA, sonaban ahora con mayor vértigo y diversificaba su anecdotario. Muddy, pionero del sonido eléctrico, junto con el bajista Willie Dixon –en poco tiempo se hizo asistente de producción en Chess Records y también se presentó en el mismo festival que Muddy en la Ciudad de México– y el armonicista Little Walter, sumaron su portentoso talento a los propósitos de Leonard, que a su vez potenció sus carreras durante la siguiente década.

Pero ellos no serían los únicos íconos del lugar, pues pronto se sumaron los guitarristas Chuck Berry; Howlin’ Wolf (Lobo Aullador), además armonicista, Bo Diddley y Jimmy Rogers, así como el armonicista Sonny Boy Williamson II. Para la siguiente década, los mayores éxitos de la compañía recayeron en la figura de la cantante californiana Jamesetta Hawkins, mejor conocida como Etta James. Por otra parte, fue una década en la cual la disquera asumió nuevos retos, incorporando nuevos ritmos a su repertorio, mismos que se combinaron magistralmente con el blues, como el naciente rocanrol, el jazz, el rythm and blues y algunas nuevas variantes del góspel.

Desde la grabación de su primer sencillo My Foolish Heart de Gene Ammons en junio de 1950, hasta que Chess Records cerró definitivamente sus tratos en 1975 después de experimentar varias transformaciones luego de la muerte de Leonard en 1969, muchas fueron las piezas que pulieron el prestigio de la compañía, como Maybellene de Chuck Berry, I Can’t be Satisfied de Muddy Waters, I’m A Man de Howlin’ Wolf, y la inolvidable I’d Rather Go Blind de Etta James, todas ellas absolutos íconos del blues.

 

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