Argentina, 1985

Marco A. Villa

“¡Nunca más”! fue la frase más vehemente y no menos emotiva en la resolución final acusatoria que el fiscal Julio César Strassera pronunció en la víspera de la condena a las Juntas Militares argentinas en 1985, acusadas de cometer masivas violaciones a los derechos humanos, ejecutadas de forma sistemática.

 

Este año, que además fue histórico en la historia del derecho universal porque un grupo de militares de alto rango fue condenado por un tribunal civil, da título a la cinta estrenada recientemente en la plataforma Amazon Prime, la cual recrea de forma sucinta este proceso.

“¡Nunca más!” había sido también el clamor de miles de argentinos que exigieron justicia por los secuestros, asesinatos y desapariciones ocurridos en centros de detención, tortura y exterminio clandestinos dispuestos por las fuerzas armadas durante la dictadura en Argentina que gobernó de 1976 a 1983. Autodenominada Proceso de Reorganización Nacional y dirigida por dichas Juntas Militares, esta dictadura se instauró mediante un golpe de Estado contra la presidenta María Estela Martínez, quien gobernaba desde 1974 tras la muerte de su marido Juan Domingo Perón, derrocado en 1955 por la misma vía.

Así, la de 1976 era ya la tercera vez en veintiún años que un golpe de Estado se autoinstauraba en la nación (el segundo fue de 1966 a 1973), propiciando un clima de graves tensiones políticas, inestabilidad económica y violencia sostenida. Emergieron también poderosas organizaciones revolucionarias y contrarrevolucionarias (Alianza Anticomunista Argentina (AAA), Ejército Popular Revolucionario (EPR), Montoneros) cuyos atentados y enfrentamientos agravaron una crisis que tuvo episodios coyunturales con masacres, huelgas y crímenes de líderes sociales, religiosos y militares.

En estos años la diáspora argentina logró llegar a varias partes del mundo, incluido México, donde si bien ya había una numerosa comunidad de este Estado del Cono Sur, la oleada que llegó durante esta dictadura apuntaló la cultura existente de forma notable, arraigando entre ellos el término argenmex, muchos años después, entre sus nuevas generaciones. Por otra parte, este ambiente de exilio tuvo también episodios de tensión entre nuestro país y la nación sudamericana, pues acá llegaron personajes relevantes para el conflicto, como Mario E. Firmenich, fundador de Montoneros, y Juan Manuel Abal Medina, hermano de otro fundador de dicha organización.

Otro caso que conflictuó estas relaciones diplomáticas fue el de Héctor José Cámpora, quien tomó la presidencia en 1973, encabezando una nueva vuelta a la democracia, aunque gobernó menos de cincuenta días, pues cedió su lugar al general Juan Domingo Perón, que lo nombra embajador de México, cargo en el que permanece hasta 1975, cuando regresa a Argentina tras ser cesado por el mandatario antes de morir. Al año siguiente logra salvar su vida y la de su familia –la dictadura había ordenado su asesinato–, refugiándose en la embajada mexicana en Buenos Aires por más de tres años.

Pero tras la restauración de la democracia en 1983, el presidente electo Raúl Alfonsín instruyó la conformación de la Comisión Nacional de Personas Desaparecidas (Conadep) y dispuso de un marco jurídico propicio para llevar a juicio a las Juntas Militares, acusadas de cometer masivas violaciones a los derechos humanos, ejecutadas de forma sistemática y cuya impunidad quedó avalada por leyes como la antisubversiva de 1974, la Operación Cóndor y la doctrina de seguridad nacional. Luego de avocarse a la documentación de cientos de casos en los que incluso viajaron a México, Brasil y otras naciones, esta comisión presidida por Ernesto Sábato rindió su informe final en 1984.

Este documento presentado a Alfonsín fue finalmente la base para condenar, en el llamado Juicio a las Juntas, a los militares que la representaron desde el golpe de 1976 hasta la Guerra de las Malvinas en 1982, entre quienes destacaban Jorge Rafael Videla, Orlando Ramón Agosti y Emilio Eduardo Massera, pertenecientes a la primera Junta Militar en la que el primero tomó el control del “desgobierno”, como lo calificó en su primer discurso.

Junto con La historia oficial (Netflix), El alma de los verdugos (YouTube), El golpe (YouTube), entre varias más, Argentina, 1985 se suma a una abundante filmografía que contribuye a preservar la memoria sobre el periodo viva.

 

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Argentina, 1985