Félix María Calleja

  • Juan Ruiz de Apodaca, ¿benigno y conciliador o tibio y débil de carácter? El virrey que no pudo sobreponerse a la traición en el ejército realista (1816-1821)

    Juan Ruiz de Apodaca, ¿benigno y conciliador o tibio y débil de carácter? El virrey que no pudo sobreponerse a la traición en el ejército realista (1816-1821)

    Gobernar en tiempos de guerra: los virreyes de Nueva España que enfrentaron la insurrección

    Jaime Olveda Legaspi

    Apodaca ascendió en la política a la par que hacía carrera en la Real Armada Española, de la que llegó a ser capitán general. En 1812 fue nombrado gobernador de Cuba y en septiembre de 1816 virrey de Nueva España. Después de renunciar a este último cargo, partió a Madrid y allí permaneció hasta 1823. Luego se le encomendó volver a La Habana para preparar la reconquista de México, pero su mala salud se lo impidió. A su regreso a España se le encargó la misma misión, pero el proyecto nunca se materializó. En 1826 fue nombrado consejero de Estado y el 1 de mayo de 1830 se le promovió a la dignidad de capitán general y director de la Armada española.

  • Félix María Calleja, el militar de mayor prestigio y el virrey más represivo (1813-1816)

    Félix María Calleja, el militar de mayor prestigio y el virrey más represivo (1813-1816)

    Gobernar en tiempos de guerra: los virreyes de Nueva España que enfrentaron la insurrección

    Jaime Olveda Legaspi

    Calleja se inició en las armas desde muy joven. Participó en la fracasada expedición española contra Argel (1775), en la reconquista del Puerto de Mahón (1782) y en el asedio a Gibraltar (1779). Llegó a Nueva España en 1789, acompañando al segundo conde de Revillagigedo, y se convirtió en uno de los principales jefes militares del virreinato. A su regreso a España en 1818, fue honrado con el título de conde de Calderón y nombrado caballero gran cruz de las órdenes de Isabel la Católica y San Hermenegildo.

  • La sorpresiva irrupción de los insurgentes y la incapacidad del virrey Francisco Javier Venegas para frenar su avance (1810-1813)

    La sorpresiva irrupción de los insurgentes y la incapacidad del virrey Francisco Javier Venegas para frenar su avance (1810-1813)

    Gobernar en tiempos de guerra: los virreyes de Nueva España que enfrentaron la insurrección

    Jaime Olveda Legaspi

    Francisco Javier Venegas inició su carrera militar al despuntar el siglo XIX, durante la resistencia española a la invasión napoleónica; participó en la batalla de Bailén (19 de julio de 1808) y fue derrotado por los franceses en la de Uclés (13 de enero de 1809). A principios de 1810 fue nombrado gobernador de Cádiz, donde se encontraba la sede del gobierno español que resistía a la ocupación francesa. Poco después fue nombrado virrey novohispano. A su regreso a España fue recompensado por Fernando VII por sus servicios, concediéndole los títulos de marqués de la Reunión y de la Nueva España.

  • ¿Hay buenos y malos en una guerra?

    ¿Hay buenos y malos en una guerra?

    La violencia y el terror que se vivieron en la Independencia de México

    Marco Antonio Landavazo

    En la toma de la Alhóndiga de Granaditas, en septiembre de 1810, se conjuntaron casi todas las expresiones de la violencia insurgente: asedio y toma de la ciudad de Guanajuato, masacre de gachupines y criollos, robo y pillaje.

  • Puente de Calderón, la última batalla de Hidalgo

    Puente de Calderón, la última batalla de Hidalgo

    17 de enero de 1811

    Gerardo Díaz

    Desde el levantamiento armado del 16 de septiembre de 1810 transcurrieron escasos cuatro meses en los que alrededor de la figura de Hidalgo se unieron una cantidad de hombres que superaron todas las estadísticas antes vistas en la Nueva España. Las tomas de Guanajuato, Valladolid y Guadalajara no pudieron ser evitadas por el ejército realista e incluso la Ciudad de México pudo caer, de no ser por la controvertida decisión del cura de no avanzar sobre la capital.

  • El 22 de diciembre de 1815 fue fusilado José María Morelos

    El 22 de diciembre de 1815 fue fusilado José María Morelos

    Henoc Pedraza

    El virrey Calleja consideraba que no había nadie con el genio audaz y emprendedor de Morelos en toda Nueva España. Por eso, después de haberlo capturado, desplegó toda su poderosa maquinaria para consumar su obra de aniquilamiento, moral y material, en la figura del insigne prisionero.